Cuando se es un niño, el porcentaje de días "históricos" del tipo "es la primera vez que hago esto" es altísimo. Prácticamente todos los días se puede experimentar algo nuevo, enfrentarte a lo desconocido.
Ahí tenéis a Marcos en el primer partido oficial de baloncesto de su vida, jugado ayer en Umbrete. La verdad es que la imagen me recuerda a esas películas de Disney donde un entrenador fracasado (no sé si es el caso) lleva a un equipo con el talento "justito" a ganar el campeonato, a base de insuflarles ilusión, ganas y confianza.El caso es que, a pesar del palizón que les dieron (no veáis como jugaba el chiquitín ese de amarillo), la ilusión con la que Marcos ha afrontado esta liga, con sus botas nuevas, sus calzonas, su camiseta del "Ayuntamiento de Gines" (¿no había una talla mayor, por Dios?), todo eso no tiene precio, como dice el anuncio de Mastercard.
Y aunque los inicios siempre son difíciles (y más para él, que por su tamaño le han puesto con niños tres años mayores), esperemos que el final sea como el de las pelis de Disney.
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