Seis años

Hoy hace ya seis años que nos dejó mi padre. Nunca me ha abandonado esa extraña sensación, avivada si cabe en esta fecha, de que para todos los que le quisimos el tiempo se paró justo hace seis años. Es como si la vida que he vivido desde aquel día no fuese la mía, como si mi existencia sin la suya cobrase otro sentido. Y es curioso, porque cuando estoy observando a Ale (y babeando, en lógica consecuencia), de esas veces que anda distraído jugando con sus lunnis y sus coches, nunca suelo pensar "qué pena que mi padre no llegase a conocer a su nieto", sino que me invade la certeza de que en otra realidad, en otro espacio, en otro tiempo (*), mi padré está ahí, sentado junto a él, comiéndoselo a besos, haciéndole rabiar con algún juego-incordio o con una cara extraña (¡qué le gustaba "de hacerlo", personalísima forma de mostrar su cariño!). Y seguro que también disfruta ahora con el juego de este gran Barça, como le ví disfrutar en su día (cruzcampo en mano) con Laudrup y Romario; aunque en contrapartida estará compungido por la situación del Badajoz de sus amores, en este tristísimo año del centenario, tan distinto del que él había soñado. Y por supuesto, allá donde esté, seguirá analizando desde la barrera las trifulcas políticas, como ese torero valiente que a pesar de las heridas insiste en volver a la plaza, aún a sabiendas del dolor que le va a suponer para él y para los suyos... Manolo Rojas, siempre corazón sobre razón, siempre con ese característico brillo en los ojos, rasgo exclusivo de los grandes hombres. Así ES mi padre (en otro espacio, en otro tiempo, en otra realidad...)

(*) Algunos científicos llaman a esto teoría del multiverso. Yo lo llamo consuelo.

El siguiente vídeo fue presentado en un emotivo acto de homenaje del PSOE en el primer aniversario del fallecimiento de mi padre, en el Palacio de Cristal del Hotel Río (Dani, como creo que tú no lo vas a poder ver por culpa del NY FIREWALL ese, prueba a pulsar este enlace.)