martes, 16 de mayo de 2006
Palacio de Congresos de Badajoz Manuel Rojas
Han pasado ya unos días de la inauguración del Palacio de Congresos de Badajoz Manuel Rojas, y la verdad es que aún me entra un cosquilleo de emoción al recordar el inmenso honor que supone para mi familia el hecho de que esta impresionante obra arquitectónica lleve el nombre de mi padre. No sé, siento como si con este homenaje de alguna manera se cerrase un círculo (nunca mejor dicho, dadas las formas del edificio): aquel alcalde que soñó una Badajoz cosmopolita, vanguardista y rebosante de vitalidad (¡En Badajoz se vive!, proclamó mucho antes del ¡Teruel existe!), es ahora quien da nombre al edificio que mejor representa el espíritu avant de esta nueva ciudad. No entendemos otra forma mejor de honrar la memoria de un hombre que, literalmente, lo dió todo por su Badajoz. Y aunque la inmensa mayoría de las opiniones, surgidas al margen del circo político, que dudaban de la idoniedad de este nombre para el Palacio de Congresos han sido formuladas con el máximo respeto hacia la figura de mi padre (con lo que se ganan, de inmediato, el mismo respeto por nuestra parte), es evidente que la génesis del debate (pueril e infantil, como la calificó Ibarra, aunque no por ello deja de hacer pupa) ha sido minuciosamente orquestada desde las filas del P.P. pacense, en una torpe y grosera maniobra política que alcanzó su cénit con la ausencia del alcalde el día de la inauguración. En fin, que mucho MOMA de Nueva York, que mucho tercer escenario de España (sólo superado en dimensiones por el Liceo de Barcelona y el Teatro Real de Madrid)... pero como no estoy de acuerdo con el nombre que ha impuesto esta "maquiavélica" Junta anti-pacense (que yo tampoco lo llamaría nombre, más bien son los apellidos) pues me enfado y no voy, ála. Sí, señor Celdrán, qué elegancia, qué clase política, qué saber estar, así ha quedado usted como un señor. La verdad es que después de este desplante, después de la campaña difamatoria que montaron hace unos meses (no valen las disculpas posteriores por aquella "monagada" cuando se sigue la doctrina del "difama y miente, que algo queda", acuñada por el nazi Goebbels) y del busto que lleva dos años cogiendo polvo en un garaje de San Fernando (nuevas noticias: ¡ya han hecho el agujero para colocarlo!), uno tiende a pensar que nuestro alcalde tiene pesadillas con "el coco" Manolo Rojas, y que tras depertarse por las noches aterrorizado y empapado en sudores fríos, lo primero que hace es convocar un pleno para planificar el próximo paso destinado a enterrar su memoria, no vaya a ser que le de por levantar la cabeza.
En fin, como comprenderéis, tenía que soltarlo (he tardado, ya lo sé, pero no olvidéis que llevo días calculando las contracciones, que Carlitos está al llegar). Lo más curioso de todo este guirigai que han montado con lo del nombre del Palacio es que nosotros, la familia, desde que el 30 de Marzo del año 2000 se propuso el nombre en la Asamblea ante el aplauso generalizado ("Este alcalde merece más que una calle", dijo Ibarra aquel día, ¡fíjate los años que lleva la Junta planeando la "cacicada" y la consiguiente rentabilidad política de nuestro apellido!), jamás nos habíamos imaginado que se empeñasen en cambiarlo, hasta que el año pasado el Ayuntamiento saltó (¡oh, sorpresa!) con los nombres "alternativos" (uy,uy,uy...ese Godoy traído por los pelos). Mal trago nos han hecho pasar, hombre. Menos mal que la gente que quiso a mi padre (al alcalde y a la persona) han estado ahí en todo momento apoyándonos (en especial a mi madre, que es la que ha más ha vivido esta amarga polémica). Desde este humilde blog, gracias a ellos, y gracias a Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que finalmente ha cumplido la promesa que nos hizo aquel triste día.
En fin, el caso es que todo eso pasó, y la ciudad puede por fin disfrutar de esta maravilla que como pudimos comprobar el pasado 27 de Abril en el acto de inauguración es sencillamente espectacular. Como crónica de ese día tan especial, me ha gustado el texto que he encontrado firmado por mi entrañable profesor de E.G.B. Don Pedro Montero, que desde su Avisador de Badajoz (todo un descubrimiento su blog) ofrece su punto de vista de las noticias de la ciudad, opiniones que evidentemente no siempre coinciden con las mías, pero cuya crónica de ese día memorable me ha parecido muy detallada y rica en matices y personas (no se le escapó nada ni nadie; no en vano es un gran conocedor de Badajoz y sus gentes).
Por otro lado, la crónica "oficial" está muy bien documentada en la web de la Junta, incluso con archivos de audio (mp3) del discurso del presidente.
También tenéis más detalles técnicos del palacio en la web de cultura de la Junta, y galerías de fotos en el dossier que han hecho los periódicos El Mundo y Hoy.
Pero lo mejor, de verdad, es poder disfrutarlo en vivo y en directo.
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3 comentarios:
Quillo, menos mal que se ha hecho justicia joder. Me alegro un montón...
Ahora tenemos que organizar una excursión pa ver algo interesante a la mínima excusa. Lo suyo es que hubierais montado un grupillo, tu y Mr. DanNY para rapear unas estrofillas con la filarmonica de Badajoz de fondo pero...
Pues tú lo dices de coña, pero sé de buena tinta que "MC danNY" está haciendo sus pinitos raperos allá por los nuevas yores. Incluso le pasé en su día el fruity loops y el soundforge para las bases, y por lo visto ha grabado una maqueta con unos alemanes que escupen mucho al recitar.
Ya en serio, con la impresionante acústica que tiene el auditorio, hasta mi hermano rapeando con la Orquesta Acuario parecería el mismísimo Jay Z featuring la "royalfilarmonic".
No conocí a tu padre y sabe Dios que el PSOE no es precisamente santo de mi devoción, pero creo que la calidad de las personas está muy por encima de las ideas políticas. Conociéndote a ti y creyendo como creo que lo bueno de un hijo viene de lo que mama en casa (de sus padres), no me cabe la menor duda de que es realmente merecido.
El sitio me parece alucinante y me alegro de que haya sido bautizado con el nombre de tu padre. Sé que estáis orgullosos (más bien supongo que sentís satisfacción por el reconocimiento de su labor, esfuerzo y trabajo...) y estoy seguro de que él sí que estará orgulloso, no ya por el reconocimiento, sino por lo bien que lo ha hecho con vosotros.
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